Y a la Venezuela mancillada, la observo, grito y lloro,
al ver que no conformes con violarla,
y sin respetar el dolor de sus entrañas,
salió el jefe mayor a entregarla,
al dictador, de aquella la isla extraña.
Donde según en cinco horas,
que dijo estuvo en la estancia,
gritaba a viva voz ¡! Aquí vengo a entregarla!!
a ti te la regalo hoy,
ya nosotros.. ¡! nos cansamos de violarla!!. zm
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