
La lluvia cae en mi cuerpo,
como cascada en la arena,
acaricia mis cabellos,
mi espalda y mis caderas.
Llegando a mis caderas,
el agua rebota y sigue,
acariciando mis piernas,
haciendo que yo te quiera.
Mis ojos están mojados,
por esa lluvia costeña,
y mis labios saborean,
tus besos que es lo que más desean.
Así nuestros cuerpos juntos,
mojados de lluvia fresca,
se extrechan en un abrazo, uniendo,
al deseo, los besos y a la lluvia tierna. zm